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¿Mi gato sufre estrés?

Podríamos decir que los gatos son animales muy controladores porque les gusta tener controlado todo lo que sucede a su alrededor. De esta manera pueden sentirse bien y tranquilos. La capacidad de poder tener control sobre el entorno es uno de los factores más importantes, en el caso de la especie felina, para prevenir y tratar el estrés. Es un refuerzo positivo mejor que una chuche.

Te pongo un ejemplo: si tienes una ventana que da acceso a una terraza donde tu patio puede tomar el aire y el sol y explorar de forma segura, pero esa ventana a veces está cerrada y otras abierta, tu gato no tendrá control sobre el acceso a la terraza, y eso le estresará. A veces se pondrá delante de la ventana y maullará o la rascará y en ese momento la abres, pero no pasa. Claro, lo que quiere es tenerla abierta y pasar cuando él lo decida. Si colocas una puerta gatera en la ventana lo solucionará todo porque podrás tener la ventana cerrada y él podrá pasar cuando quiera a la terraza.

Cualquier cosa que le haga perder ese control le producirá estrés. Vamos a poner algunos ejemplos:

- Introducción de otro gato.

- Limpieza de la casa o pintura que elimina las marcas de feromonas faciales.

- Mudanza.

- Cambio de rutina.

- Nacimiento de bebé.

- Cambio de areneros, de la arena o de la ubicación.

- Ruidos.

- Olores nuevos.

- Visitas.

- Ir al veterinario o que vaya otro gato de la casa.

- Enfermedad y dolor.

- Conflictos con otros gatos.

- Falta de lugares para esconderse o subir.

- Falta de recursos suficientes.

- Comida racionada en lugar de disponible.

- Caricias frecuentes.

Como ves hay muchas causas, seguro que ahora que las conoces podrás anticiparte y ordenar su entorno en base a su forma de ser.

¿Y en qué signos debes fijarte para reconocer si tu gato está estresado? 

Uno de los más frecuentes y que la gente equivoca en su significado muy frecuentemente es estar más tiempo tumbado o escondido. Los gatos son maestros en ocultar sus dolencias y emociones para no ser detectados. Te podrá parecer que están tranquilos, pero no es así. Si tu gato está demasiado tranquilo es casi seguro que le pasa algo: estrés, dolor, obesidad.

Otros signos pueden ser: pupilas dilatadas (ves que todo el ojo está negro), cuerpo agachado, estar alerta reaccionando sobresaltados a cualquier ruido o movimiento, pelo erizado, bufar, huir, lamerse mucho, agresividad, hacer sus cosas fuera del arenero, comer en exceso o dejar de comer, maullar, rascar más en el rascador o en otros lugares.

¿El estrés puede tener consecuencias negativas?

¡Clarísimamente! El estrés puede conducir a problemas de comportamiento, como la agresividad, la ansiedad, las conductas compulsivas, la eliminación inadecuada, y también a enfermedades, como las respiratorias, urinarias y dermatológicas. Además, disminuye la inmunidad y empeora la calidad de vida si se hace crónico.

Ya sabes, ponte en marcha para identificar y reducir los posibles factores causantes de estrés en tu hogar. En el artículo sobre enriquecimiento ambiental puedes encontrar unas claves.

Rosana Álvarez. Veterinaria especialista en Medicina del comportamiento.

Etolia

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