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¿Qué son las feromonas y cómo ayudan al bienestar de mi gato?

Seguro que has oído hablar de las feromonas. Hoy en día aparecen en muchos foros. Pero ¿qué significa esta palabreja? Hoy te explico qué son y para qué le sirven al gato.

¿Qué son las feronomas?

Las feromonas son sustancias químicas que desempeñan un papel fundamental en la comunicación entre los animales, aunque no las vemos ni las detectamos, porque son específicas de especie. 

Se llaman también semioquímicos (del griego semeion: señal), sustancias químicas secretadas y liberadas por un individuo de una especie que son recibidas por otro de la misma especie, a través del órgano vomeronasal, y que producen un efecto en su estado emocional o en su desarrollo.

Las feromonas son químicos muy volátiles, necesitan muy pequeña cantidad para producir su efecto y se producen por unas glándulas sebáceas, mucosas o sudoríparas. Producen su efecto inmediatamente en el individuo receptor. Te pongo un ejemplo: si un gato lo ha pasado mal en la consulta veterinaria y ha liberado feromonas de alarma, cualquier gato que entre en el centro se pondrá nervioso inmediatamente, afectando a su estado posterior en la consulta. Por eso cuando un gato ha pasado por la consulta siempre debemos limpiar y ventilar antes de que entre el siguiente.

El papel de las feromonas en los gatos

Así, las feromonas son detectadas a través del olfato y conducidas disueltas en la saliva a través  del conducto incisivo, situado tras los dientes incisivos superiores, hasta el órgano de Jacobson manifestando, en el caso de la especie felina, la conducta de Flehmen, mediante la cual el gato deja la boca entreabierta tras olfatear la sustancia en cuestión durante unos segundos. Desde el órgano vomeronasal, situado en el paladar entre la cavidad nasal y la boca, la información se envía al bulbo olfatorio accesorio en el cerebro, que forma parte del sistema límbico, fundamental en la regulación y el procesamiento de las emociones.

Fíjate en la importancia de esta comunicación, ni siquiera te has llegado a dar cuenta cuando tu gato puede estar pasándolo mal en unas décimas de segundo. Como ves es una comunicación muy sutil, pero muy importante, como la mayor parte de la comunicación que ocurre entre los animales.

En el gato, las áreas corporales donde se producen feromonas son la cara y la región perioral, la región intermamaria o surco intermamario, las almohadillas plantares y la base de la cola. Se conocen la fracción 2, relacionada con el marcaje sexual, la fracción 3, que es una feromona de familiaridad relacionada con el territorio propio y la fracción 4, involucrada en el reconocimiento social de otros individuos de la especie. 

Las feromonas de las almohadillas están implicadas en el marcaje territorial (conducta de rascar con las patas) y de alarma. En la zona caudal tenemos la glándula supracaudal, cuya secreción varía con el estado sexual del individuo, y la zona circumanal, cuyas feromonas están asociadas a situaciones de alarma y de identificación individual. Las glándulas del surco intermamario segregan feromonas implicadas en garantizar la seguridad y la proximidad de los gatitos, son las feromonas de apaciguamiento.

Las feronomas en la medicina.

El uso de feromonas sintéticas en el ámbito de la medicina veterinaria ha crecido en popularidad debido a su capacidad para influir en el comportamiento y el bienestar de los gatos. Los productos que contienen feromonas sintéticas, como los difusores y sprays, pueden ayudar a abordar diversos problemas de comportamiento y mejorar la calidad de vida de los felinos.

La gran ventaja de las feromonas es que nos permiten influir en el gato del animal sin necesidad de manipulación directa, y esto en los gatos es especialmente útil. Así, nos ayudan a aliviar o prevenir el estrés derivado de cambios en el entorno, viajes, visitas al veterinario, a promover las relaciones sociales y aliviar conflictos entre los gatos y a tratar los problemas de marcaje urinario  o el rascado.

En medicina del comportamiento las usamos como parte de un tratamiento multimodal con el fin de provocar un cambio positivo en el comportamiento de un individuo para que le ayude en la gestión del entorno físico y social. Pero no te equivoques, las feromonas son una ayuda, nunca la única solución a un problema de comportamiento. Para ello necesitarás a un veterinario especialista en Medicina del comportamiento y grandes dosis de  paciencia y trabajo.

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