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¿Cómo influye la ansiedad y el cortisol en su salud? ¿Qué puede pasarle a un gato con estrés?

¿Sabes que tu gato puede experimentar una serie de emociones y estados mentales que impactan directamente en su bienestar?

Claro, los gatos son unos animales que padecen mucho el estrés y cualquier pequeño cambio en su entorno tranquilo y predecible puede hacer que experimente un problema grave si no se identifica y se trata. Son animales muy aferrados a su territorio.

Por este motivo, el estrés y cómo les afecta es una preocupación creciente entre los tutores de gatos y los profesionales veterinarios. Además, si los factores estresantes son frecuentes, si son poco predecibles o si el animal no tiene herramientas para afrontarlos, puede convertirse en  ansiedad y desencadenará la liberación de hormonas como el cortisol de manera continuada, lo que influirá negativamente en su organismo.

Así, aunque a los gatos se les suele conocer popularmente por su independencia y su tranquilidad, realmente son animales muy sensibles. Los cambios en su entorno, rutina o relaciones les afectan mucho. Incluso aunque te parezca que tu gato es impasible, la presión va por dentro. Y precisamente estar muy quieto es un signo de estrés. Saber identificarlo es el gran desafío, ya que no te lo van a contar con palabras. 

Signos que te pueden indicar que tu gato sufre de estrés

Tendrás que estar atento como tutor a cualquiera de estos signos:

Cambios en el comportamiento: Los gatos estresados pueden volverse más retraídos, evitar la interacción o volverse excesivamente necesitados de atención. También pueden volverse agresivos con otros congéneres o contigo o comenzar a orinar fuera de su arenero.

Cambios en la alimentación: Un gato estresado puede dejar de comer o, en algunos casos, comenzar a comer en exceso.

Alteraciones en la higiene personal: El estrés puede llevar a que los gatos aumenten o disminuyan sus hábitos de aseo, lo que resulta en un pelaje desaliñado o en lamidos excesivos.

Apatía y cambios en el sueño: Los gatos estresados pueden volverse más letárgicos o, por el contrario, tener dificultades para dormir adecuadamente.

Hipersensibilidad a estímulos: Pueden sobresaltarse fácilmente ante ruidos o movimientos pequeños.

La ansiedad en los gatos

La ansiedad es una emoción compleja que los gatos pueden experimentar debido a diversas situaciones. Un cambio en el hogar, la adición de nuevos miembros a la familia, visitas frecuentes de extraños o incluso la falta de enriquecimiento ambiental pueden contribuir a padecerla. Cuando un gato se siente ansioso, se desencadenan respuestas fisiológicas en su cuerpo, y una de las principales hormonas involucradas en estas respuestas es el cortisol.

¿Cómo influye el cortisol en los gatos?

El cortisol, a menudo llamado la "hormona del estrés", es una hormona producida por las glándulas adrenales en respuesta a situaciones estresantes. En pequeñas cantidades, el cortisol es esencial para la regulación del metabolismo, el sistema inmunológico y otras funciones vitales. Sin embargo, en situaciones de estrés crónico o excesivo, los niveles de cortisol pueden aumentar significativamente, lo que puede tener efectos adversos en la salud del gato, por ejemplo:

Sistema inmune debilitado: El cortisol en niveles elevados puede suprimir el sistema inmunológico, dejando al gato más vulnerable a infecciones y enfermedades.

Problemas digestivos: El estrés prolongado puede afectar el sistema gastrointestinal, causando problemas como diarrea, vómitos y pérdida de apetito.

Trastornos del pelaje: Los niveles altos de cortisol pueden afectar la calidad del pelaje, causando pérdida de pelo y un pelaje opaco.

Problemas urinarios: Los gatos estresados pueden tener un mayor riesgo de desarrollar problemas urinarios, como infecciones o cristales en la orina.

Trastornos del comportamiento: El estrés crónico puede desencadenar trastornos del comportamiento, como el lamido excesivo o el desarrollo de comportamientos agresivos.

Es fundamental abordar el estrés de manera efectiva para mantener la salud y el bienestar del gato. Algunas estrategias incluyen:

Enriquecimiento ambiental: Proporcionar juguetes, rascadores y oportunidades para la exploración y para esconderse puede reducir el aburrimiento y el estrés. Visita nuestro artículo “Pilares para un entorno felino sano” para recordar estas estrategias. 

Rutina consistente y predecible: Mantener una rutina predecible puede proporcionar seguridad y reducir la ansiedad.

Zonas de refugio: Ofrecer espacios seguros y tranquilos donde el gato pueda retirarse cuando se sienta abrumado.

Introducción gradual: Si se presenta un cambio en el hogar, introducirlo de manera gradual puede ayudar al gato a adaptarse sin sentirse estresado.

Suplementos y medicación: En casos severos, un veterinario puede recomendar suplementos o medicamentos para reducir la ansiedad y el estrés.

Así que recuerda, comprender los síntomas del estrés, identificar las fuentes y tomar medidas para reducirlas son pasos esenciales para mantener a tu querido amigos sanos y feliz. Con el compromiso adecuado por tu parte y la atención veterinaria cuando sea necesario, puedes brindar a tu gato la calidad de vida que se merece.

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